Desde el fondo del barranco lo sentí, una hermosa brisa que me hizo querer salir de ahí, con los ojos cerrados y el rostro al cielo quería salir, la paz reino en mi interior y el viento se llevaba mi pena, la vergüenza, el dolor.
Me propuse a escalar la ladera, era difícil, pero no imposible, seria cansado, laborioso, pero la recompensa seria grande; lo deseaba tanto, al fin descansar, sentirme libre.
Comencé; con mas ánimos que nadie, porque lo necesitaba, seria invencible, seria feliz. Voy cuesta arriba, y el camino me duele, y los recuerdos me matan, aunque a veces tropiece no dejare de subir, mi meta es llegar a la paz, salir de la oscuridad; el camino es largo, es cansado, pero no importa yo seguiré…
Cansada voy llegando al final, después de un cansado trayecto, de sentir como mis lágrimas mi piel quemaban mientras subía, como el corazón respiraba y dolía, de sentir el nudo en la garganta seguido de un grito, al fin llegaba; y en la cima te encontré, y grite y llore, y sentí otra vez la desesperación de volver a caer, y pensar que volvería a pasar me llenaba de miedo, en tus brazos engañosos volvería a caer, desearía en verdad no volverte a ver, que fueras solo un recuerdo, un engaño de mi vista, un susurro de mi voz; pero no, eras tu, y contigo mi final, no fue mucho el esfuerzo de enterrarme otra vez en el hoyo profundo de mi oscuridad, ahogarme en los gases venenosos de mi dolor, enredarme en las espinas de mis rosales, las que un día fueron rojas de amor, hoy son rojas de dolor, porque de sangre se mancharon cuando mi cuerpo desgarraron; no supe ser fuerte, no supe soportar, no pude ser dura, no pude evitar callar tu voz en mi cabeza ni detener tu estaca a mi corazón; no pude poner esfuerzo a tu regreso…
Luna Volkova
